Al que madruga dios…

Les paso este chiste que me contaron hoy en la oficina. Impecable.

Hoy me levanté bastante temprano, me vestí lentamente, me puse calzoncillos largos, hice café, agarre mis cañas de pescar, me fui silenciosamente al garaje.

Puse las cañas en la camioneta y procedí a sacarla del garaje, momento en el que me di cuenta que me encontraba bajo una lluvia torrencial. Estaba toda la calle inundada y el viento, frío como la puta madre, soplaba a más de 100 km/h, encendí la radio y me enteré de que el mal tiempo iba a durar todo el día…

Metí de nuevo la camioneta en el garaje, bajé las cañas y entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me metí de nuevo en la cama. Despacito me acurruqué contra la espalda de mi mujer, puse mis manos en sus pechos, la apoyé suavemente desde atrás y le susurré al oído:

– ‘El tiempo afuera está espantoso’.

Ella me contestó medio dormida…

– Ya lo sé. Podés creer que el pelotudo de mi marido se fue a pescar?

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